Soneto del día a día
Ya la locomotora avanza
por sobre rieles de carne
avanza y mancilla el cielo
dejando un rastro azabache
De triste, vacua mirada
el tren sacrificios lleva
apretados mas que unidos
un solo grito se eleva
En un corazón obrero
ni una esperanza queda
los rodea el olor a muerte
y opio papel moneda
caminando hombro con hombro
como en un puño de seda.
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